La cantidad de empleados que trabajan en el mercado informal se ubicó en 32,8 por ciento en el primer trimestre del año, con una baja del 1,4 por ciento con respecto a igual período de 2011, cuando el índice estaba en 34,2 por ciento.
La tasa se mide en la población mayor de 14 años en 31 aglomerados urbanos del país. Los datos surgen del informe del Indec que desgrana la información provista por la Encuesta Permanente de Hogares. Los trabajadores “en negro” no tienen aportes jubilatorios ni se encuadran bajo los convenios colectivos de trabajo.
El informe amplía los datos estadísticos difundidos el mes pasado, cuando se reveló que la tasa de desempleo se encuentra en 7,1 por ciento de la población económicamente activa, una baja del 0,3 por ciento con relación al mismo período de 2011. En esa ocasión, el Ministerio de Trabajo indicó que el objetivo es disminuir la tasa de trabajo informal, variable que viene cediendo hace algunos años.
La distribución geográfica del trabajo informal muestra que el problema sigue siendo muy importante en el Norte del país y la situación mejora en otros distritos. Por ejemplo, en el Gran Buenos Aires, la tasa llega al 32 por ciento, mientras que en el Noroeste y el Nordeste llega a 41,5 y a 39,7 por ciento, respectivamente. Contrariamente, la Patagonia tiene la menor tasa de informalidad, en torno del 20 por ciento. La Región Pampeana se mantiene en el promedio de 31,2 y en Cuyo aumenta ligeramente al 35,8 por ciento. En la Ciudad de Buenos Aires la tasa desciende al 22,9 por ciento.
Durante todo 2011, el índice de trabajo informal tuvo una tendencia alcista, mostrando las dificultades para resolver esta situación, pese a las altas tasas de crecimiento económico. El año pasado comenzó con un registro de empleo en negro del 34,1 por ciento y finalizó con un promedio del 34,2 por ciento en los últimos tres meses, lo que mostraba el amesetamiento del índice. Por este motivo, la disminución del 1,3 por ciento en el primer trimestre de este año no es menor, teniendo en cuenta las dificultades de lo que parecía un techo del que no se podía bajar.
Estas tasas de informalidad son altas comparadas con los niveles históricos de la Argentina. En la década del ’80, el empleo en negro promediaba el 20 por ciento, mientras que en los ’90 subió a un rango de 25/30 por ciento. En el año 2000 escaló al 37,4 por ciento, en 2001 al 38,5 y en 2003 a 44,8, tocando su pico en 2004, con el 48,5 por ciento. A partir de ahí comenzó un descenso hasta las tasas actuales.
También se difundieron más datos laborales. La desocupación entre las mujeres de 14 a 29 años es de 17,5 por ciento, siendo las que más sufren el desempleo.
Fuente: Página 12