El decreto de necesidad y urgencia anunciado por cadena nacional por el presidente Javier Milei daña profundamente la democracia, las instituciones y por sobre todo marca un avasallamiento contra todos los derechos conquistados por los trabajadores y trabajadoras a lo largo de nuestra historia.
Si esto se pone en juego y no lo frenamos entre todos, se destruye la Ley de Contrato de Trabajo, el derecho de huelga y las garantías de progresividad de los derechos laborales.
Esto se suma a la alta inflación, la licuación de los salarios por la brutal devaluación que dispusieron y la criminalización de la protesta, como si estuviésemos en la peor de las dictaduras.
Además, el decretazo se arroga facultades legislativas y arremete contra toda la Constitución Nacional.
Como representantes de las y los trabajadores tenemos el deber de no quedarnos con los brazos cruzados. Ante la fuerza brutal de la antipatria opondremos la fuerza del pueblo organizado.