Luego de varios meses de prueba, la Autoridad de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) dispuso que a partir de la semana entrante se deberán adelantar los datos de quienes trabajan en los spots televisivos de aire con el fin de controlar que los mismos sean de producción nacional.
La medida es en cumplimiento del artículo 81 del Capítulo VIII de la Ley de Medios 26.522 y obliga a las agencias de publicidad y de medios, a comunicar, a través de un aplicativo de la AFIP y con carácter de declaración jurada, la marca, la empresa y la residencia de quienes participaron desde la creación, los actores, la filmación y la producción, ya que sólo podrán emitirse al aire por los canales nacionales aquellas publicidades en donde el 60% del personal sea argentino.
Aunque en un principio la medida había generado bastante resquemor en el sector publicitario, ahora reconocen que lograron ser escuchados por la Afsca y ser tenidos en cuenta en la reglamentación de la norma.
“Nosotros entendemos esta medida como una ley que busca defender la producción nacional como lo hacen varios países del mundo, y venimos trabajando desde hace tiempo con la Afsca y realmente nos escucharon”, explicó a El Cronista Gabriel Maloneay, presidente de la Asociación de Agencias de Publicidad (AAP).
En la Argentina se producen 100 largos al año y más de 1.500 publicidades tanto para el mercado local como el exterior. La exportación de “ideas” se convirtió para muchas agencias en el salvavidas que necesitaban para poder sortear los incrementos de los costos locales, por lo que la restricción a las publicidades extranjera generaba temor a una posible represalia del exterior –si no nos compran, no les compramos–.
Consultado sobre este punto, el también presidente de Craverolanis aseguró que en la Argentina “las campañas globales nunca representaron más del 10%” y que, además, “se logró que la Afsca reconociera los acuerdos de reciprocidad económica” como para reconocer un cupo de spots realizados en el exterior.
“Esto es solo para las señales nacionales, si una marca de, por ejemplo, perfumes, quiere pasar un aviso realizado en el exterior lo puede hacer en las señales de cable”.
Otro punto que generaba discusión entre los anunciantes era que el Gobierno exigiera que le muestre con anticipación los spots ya que eso atentaría con los contratos de confidencialidad que firman las agencias con sus clientes. Sin embargo, el publicista descartó esa posibilidad asegurando que “sólo hay que comunicar quienes son los que trabajan y de qué marca se trata; no hay que comunicar ni la idea ni el producto. No hay una censura previa”.
Por último, Maloneay explicó que “no existe una aprobación o no” del aviso por parte de la autoridad de aplicación, sino que el proceso es “si alguien denuncia que entiende que un aviso no es de producción nacional, lo denuncia y comienza una investigación.
Fuente: El Cronista