El Banco Central de la República Argentina (BCRA) destacó que la participación de los asalariados en el producto interno bruto (PIB) llegó en 2011 al nivel más alto en los últimos decenios, cercano a 49%, mientras el consumo de los hogares “continuó afianzándose como el principal motor de la demanda doméstica”.
La entidad explicó en su Boletín de Estabilidad Financiera correspondiente al primer semestre de 2012, que el gasto de las familias “respondió al sostenido aumento de la masa salarial”, debido al “ascenso conjunto de los salarios y de la ocupación”.
La tasa de desocupación, de 6,7% de la Población Económicamente Activa (PEA), en el cuarto trimestre de 2011, resultó 0,6 puntos inferior a la de un año atrás y se ubicó “en los mínimos niveles de las últimas dos décadas”.
Ese efecto reactivador, indicó el Boletín, fue complementado por “las mayores transferencias públicas y el creciente financiamiento bancario”.
En cuanto a la mayor cuota de los trabajadores en la riqueza creada por el país (el PIB), la mejora por octavo año consecutivo marca un nuevo avance frente a los datos correspondientes a 2010, que ubicaban dicha proporción en 47,9%.
Para el promedio de 1993-2001 (es decir, durante todo el período de la convertibilidad), la participación de la masa salarial en el producto interno fue de 40,1%, de acuerdo con cifras previas difundidas por el Banco Central.
La estadística del BCRA muestra que la menor porción del PIB obtenida por los trabajadores correspondió al bienio 2002-2003: este último año se tocó el piso de 34,3% y desde entonces se registra un permanente ascenso.
El nivel actual de distribución del producto entre asalariados, empresarios y rentistas reconoce como antecedente el año 1974, aunque los valores máximos datan de los primeros años del decenio de 1950.
El Boletín de Estabilidad Financiera destaca, por otra parte, que en los primeros meses de 2012 se mantuvo el crecimiento económico, “impulsado principalmente por el aumento de la demanda interna”.
“El mercado laboral siguió consolidándose y alcanzó valores récord de ocupación así como de actividad, y como resultado, registros mínimos de desocupación”, indicó el Central.
El Boletín, que se publica dos veces por año, advierte sin embargo que “el ritmo de expansión económica se moderó en el inicio de 2012”.
Esta tendencia “se mantendría el resto del año, en línea con el menor incremento previsto en la demanda externa”.
La actividad económica a nivel global “continúa mostrando un panorama débil, con tasas de crecimiento por debajo de las esperadas”, constata el BCRA.
En ese marco, en los Estados Unidos no se descartan nuevas medidas de expansión cuantitativa en el futuro, tras extenderse las bajas tasas de interés hasta fines de 2014, “en un contexto en el que el mercado laboral aún se encuentra comprometido”.
Europa, por su parte, “atravesaría una recesión resultante del sesgo de política más restrictivo en términos fiscales y de la incertidumbre remanente a pesar de la mejora observada en los últimos meses”.
La desaceleración esperada de la economía global “impactará sobre los flujos de comercio internacional”, aunque “resultará favorable el hecho de que los principales socios comerciales de nuestro país (en especial China y Brasil) continúen registrando un mejor desempeño en relación con el promedio mundial”, evalúa el BCRA.
De todos modos, concluye la entidad, “se espera que el producto siga traccionado por la demanda interna”.
Fuente: Telam